El hombre está condenado a ser libre, pero para encontrar sus valores fundamentales y para que estos sean históricos, deberá asumir acciones de compromisos y responsabilidad en todo lo que habrá de ser su accionar tanto dentro como fuera de la sociedad que le acoge como ciudadano. La libertad y el compromiso no son términos que se enfrentan entre sí, sino que ambos son consecuencia obvia del uno con en el otro.
Sobre este particular podemos señalar que en nuestro país, históricamente, la mayoría de las instituciones, en especial las públicas, han violado el respeto a la libertad que tiene el pueblo dominicano, para que sus leyes no sean violadas ni muchos menos pisoteadas y en algunos casos ignoradas por quienes al igual que todos tenemos el deber y el compromiso de respetarla y respaldarla como muestra de nuestro afecto y aprecio por la sociedad. A todo esto cabe destacar el pedido hecho por el Conep al gobierno central en torno a la regulación de la migración haitiana, entendiendo que la misma debería ser declarada prioridad nacional.
